

Descripción
El velocirráptor, que mide dos metros de largo, se pone de pie apoyándose en sus patas traseras y estira su hocico plano. Ha olido algo. Suelta un gruñido peligroso y abre y cierra varias veces su poderosa mandíbula. Hace pedazos con sus afilados colmillos todo lo que atrapa con sus garras. Ha salido a toda velocidad y corre por la llanura. Aunque tiene la piel cubierta de plumas, este carnívoro no puede volar. Pero es rapidísimo y le está pisando los talones a su presa. ¡Vámonos de aquí!
Productos Relacionados:

